Astrología Kármica: Júpiter en Capricornio y el poder de la generosidad

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Son tiempos de crisis mundial y debemos adaptarnos a cada instante a lo inesperado. Esto suele agobiar, irritar y darnos temor por la incertidumbre y la tensión que provoca lo impredecible.

Uno de los temores más llamativos es el miedo a perder. Despierta cierta codicia, egoísmo y tendencia a competir.

Hoy en Buen Karma vamos a reflexionar sobre estos temas y darte la clave para superarlo : La Generosidad.

“ no seas ambicioso, no seas competitivo. Tú siempre estás siendo tú,  eres único, incomparable. Lo indica el cielo al nacer, las coordenadas no se repiten en 25.000 años, ere tú, maravillosamente tú”

Telescopio Kármico: Miramos arriba, para entender aquí abajo.

Los planetas en los signos de tierra: Tauro y Capricornio con aspectos duales, sacan lo peor o lo mejor de nosotros. Será tu elección darte cuenta que es lo que te lleva al bienestar.

Júpiter, Plutón y Saturno emiten energías de reconstrucción y restauración. Mientras que Urano derriba todo lo oculto, lo falso, lo que trae frustración y apego.

Quirón, la Luna y Marte marcan un nuevo camino. Esto despierta odios, cierta violencia y desconsideración, dado que todo cambia permanentemente y tenemos que soltar, compartir y vivir más un “nuestro” que un “ mío”. Hay que recrearse.

Planetas en Leo te dan a elegir, el amor por el poder o el poder del amor. Neptuno desde Piscis junto a Venus en Cáncer aportan sensibilidad al dolor ajeno y nos preparan para sentir fraternidad y compasión.

“ el ser humano sólo se siente pleno si está en sintonía con el Universo, sino está en armonía con el sistema universal, está vacío, totalmente vacío, y de ese vacío procede la avaricia,” Osho

Tauro: La Tierra, Venus y la avaricia

Los maestros orientales tomaban esta actitud de querer tener más, como una crisis existencial. Como si acumulando cosas algo me daría la felicidad.

Acumular tiempo, energía, dinero, conocimientos, disponibilidad emocional, espacio, todo para hacer acopio de «provisiones» y sentirse protegido es una forma de vida que trae dolorosas consecuencias. La avaricia indica egoísmo y una actitud de retener, de no dar.

Dar significa perder, ésto es inevitable. Para el avaro, como siente que tiene poco, cree que si da lo poco que posee se va a quedar sin nada. Propio del signo de Tauro y de Venus inarmónico.

En Fundación Fhers, a través de la Carta Natal Kármica, podes descubrir cuanto acumulaste, cuanto guardaste sin compartir, cuanto llenas vacíos con lo material y no diste espacio al amor.

Buda enseñó el camino medio. No significa que tener logros materiales es negativo, el punto es sentir apego excesivo por lo obtenido y no gozar.

Venus: no doy porque me duele perder

Ese «no dar», actitud consciente o inconsciente, puede manifestarse de muchas maneras, pero su forma principal es la de no entregarse del todo a los demás, retirándose emocionalmente ante cualquier contacto que considere demasiado expuesto o que le haga sentirse invadido.

La actitud avariciosa nunca sacia y hace que el codicioso crea que lo que entrega nunca volverá, pero sobre todo el problema radica en la incapacidad de proveerse a sí mismo de aquello que entrega a los demás.

En lo emocional, bloqueamos el flujo del corazón, porque se pone de manifiesto en la no entrega total de uno mismo, llevando adelante relaciones superficiales y por conveniencia tanto sea en la amistad, el amor y en la comunicación con los demás. No hay confianza, ni tiempo real compartido, ni verdadera intimidad. Se podría decir que hablamos más bien de tacañería emocional.

Hay que cultivar desapego, que es el acto de darse a sí mismo. Es confiar en que aquello que dejamos ir sin expectativas, nos volverá. Si esperamos una recompensa al dar, en ese momento nos cerramos a las miles de opciones que existen de que recibamos de manera distinta a las que imaginamos. Cuanto más abiertos estamos al dar, más lo estamos también al recibir.

“ es curiosa la actitud de las personas, viven en un mundo bipolar en permanente cambio e intercambio, conviven opuestos para complementarse, el aire que se respira lo recicla la atmósfera, lo que se tiene, se va a dejar, y aún persistimos en creer que compartir es altruista….vivimos dando y recibiendo sin que la mente lo acepte. Es una proceso natural, por eso el que da, recibe, pero el que lo hace consciente, con y por amor, lo multiplica”.

Júpiter y el poder de la generosidad

Para ser generoso, para compartir, no necesitas muchas cosas, basta con compartir lo que tengas.

Es posible que no tengas mucho, pero eso no importa. ¿Quién tiene mucho? ¿Quién puede llegar a tener suficiente? Nunca es suficiente, nunca es bastante. Puede que no tengas nada en absoluto, puede que sólo seas un mendigo en el camino, pero,  aún así,  puedes ser generoso.

Puedes sonreírle a alguien de tu entrono o aun desconocido, puedes compartir tu ser con un extraño, y entonces estás siendo generoso.

Puedes cantar cuando alguien está triste. Ayudar a cargar un bolso, dar un saludo, mirar con ternura, hacer una llamada y escuchar a quien esta en soledad, compartir en grupo conocimientos que liberan, hacer algo por un niño, la naturaleza, un animal. Puedes ser generoso, un acto de amor no cuesta nada.

Si no tienes nada, comparte tu ser. Y esa es la mayor de las riquezas; todo el mundo ha nacido con ella. ¡Comparte tu ser! Estira tu mano, acerca tu mano al otro con amor en tu corazón.

La cuestión consiste en compartir lo que tengas, es el ejercicio permanente de tratar como quisieras que te traten, de cuidarte y cuidar, de sentir felicidad cuando los demás logran sus metas, es lograr la visión universal de decir “ todos para Uno, Uno para Todos”. Es sencillo, seguro lo estas haciendo.

Si haces el bien, sin mirar a quien y en tu más intimo lugar te felicitas a ti mismo sin que otros vean lo que hiciste, estarás en el camino sin retorno de la Unión con la existencia.

“Abandónate y acércate a la existencia en silencio y en paz, en meditación, y un día verás que estás tan lleno -más que lleno, rebosas- de alegría, de dicha, de bendición. Tienes tanto que puedes dárselo a todo el mundo y no se agota”. Osho