Astrología y karma: dar para recibir, cómo funciona la ley de causa y efecto

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El primer fundamento de la filosofía kármica es la ley de causa y efecto. Se resume en una sentencia que solemos escuchar mucho: hay que dar para recibir. Pero, claro, todo tiene una explicación y una razón de ser. Por eso siempre decimos que a la Fundación Fhers no se viene a creer, sino a experimentar. La filosofía kármica plantea que estas 12 leyes, así como la ley de gravedad, actúan por igual para todas las personas crean, sientan o piensen lo contrario.

Antes de introducirnos de lleno en la primera ley, hay que tener en cuenta que el budismo tiene una forma particular de entender la existencia y las relaciones entre humanos: esta forma de ver la vida plantea que todo aquí es un proceso de cambio constante para aprender. Por eso nos exige que nos adaptemos y que reeduquemos nuestra mente para aprender a disfrutar de la vida, incluso en los peores momentos. Solo de esta forma, tal como explicamos en el artículo anterior, vamos a poder transmutar el karma y modificar nuestro destino.

Desrrollo personal

Para eso, necesitamos hacer un fuerte trabajo de desarrollo personal, basado en disciplina, autocontrol, generosidad y agradecimiento hacia los demás. Hay que realizar un crecimiento interior para conocernos en profundidad y para que nos permita ser capaces de mejorar nuestro estado mental, para alcanzar la concentración, meditación, la calma espiritual y así saber quiénes somos.

“Nadie es superior, nadie es inferior, pero tampoco nadie es igual. La gente simplemente es única, incomparable. Tú eres tú, yo soy yo. Yo tengo que contribuir a mi vida potencial; tú tienes que contribuir a tu vida potencial. Yo tengo que descubrir mi propio ser; tú tienes que descubrir tu propio ser”. Osho

Con solo contemplar la naturaleza y sus frutos, podemos saber que todo obedece a una semilla. De igual manera, en nuestra vida tenemos una energía transcendente e invisible que deriva de nuestros comportamientos y que va acumulando consecuencias conforme a lo que hacemos. A eso le llamamos Karma, simplemente nos dice que las fuerzas que pusimos en movimiento hace diez minutos o hace diez vidas, volverán a nosotros.

Las personas que practican esta disciplina suelen decir que el budismo en general y las leyes del karma en particular les permiten conectar mejor con sus emociones, lograr mejores niveles de comprensión y estar más cerca de la felicidad y el bienestar. Además, el budismo busca un desarrollo espiritual basado en una comprensión holística y humanística de la realidad, intentando que seamos cuidadosos con la forma en que nos relacionamos con todo ser viviente. Las leyes del karma son una manera de plasmar esta filosofía de vida, en la que se busca la armonía entre uno mismo y los demás, en una serie de puntos concretos comunicables verbalmente.

1. La gran ley del karma o la ley esencial de causa y efecto

Hemos crecido con esta ley muy presente aunque no lo sepamos. Simplemente, nos dice que lo que sembramos es lo que cosecharemos. Lo que ponemos en el Universo es lo que vuelve a nosotros. La energía negativa o positiva enviada a otros volverá de nuevo a ti pero 10 veces más potente. Si siembras vientos, recogerás tempestades. Si siembras belleza, recogerás felicidad y plenitud. El Karma será entonces, el juez de nuestros actos que nos ayuda a reflexionar sobre nuestros sufrimientos.

Partiendo de esta ley primera que nos indica que lo que sembramos cosecharemos, podemos a partir de hoy llevar a la experiencia el dar, que nos hará recibir, el perdonar que hará que seamos perdonados y el amor que nos hará ser amados. Es cuestión de estar atentos y despiertos para elegir la semilla que queremos en un futuro conquistar como fruto. Somos nosotros los creadores de nuestro propio destino.

Finalmente, una cita de Confucio: “¿Existe una máxima que debería ser la base de las acciones que uno toma a lo largo de su vida? Seguramente, es la máxima de la compasión: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti”.

(*) Nota publicada por la Fundación Fhers en TN.com.ar.

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