La meditación de la salud: eliminá tus toxinas mentales

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«Cuida tus pensamientos, porque se harán tus actos. Cuida tus actos, porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque se harán tu carácter. Cuida tu carácter porque se hará tu destino. Y tu destino se hará tu vida».

Aquella frase de Mahatma Gandhi explica a la perfección dónde radican los problemas de los seres humanos: en sus pensamientos. Se trata de una variable que todos podemos manejar. Pero, claro, tenemos que aprender a hacerlo.

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Meditar, el primer paso para dominar tus pensamientos, puede volverse una clave importante de tu vida para mantenerte saludable. Para eso, es necesario aceptar, primero, que somos seres saludables que eventualmente enfermamos. Y que, muchas veces, es la propia mente (generadora de los pensamientos) la que empieza a enfermarnos: sentimientos, emociones, vicios y malos hábitos. Todo empieza en la mente y puede terminar de mala forma en el cuerpo.

Es importante que sigas este paso a paso para hacer una meditación liberadora de toxinas mentales.

AUDIO | Meditación de Virgo completa

1- Prepara el cuerpo con movimientos suaves o respiraciones lentas, ordena el tiempo que vas a dedicar a la meditación, concentra tu mente en el tema salud, siéntate en un lugar cómodo, acomoda el cuerpo y tus manos, respira rítmico.

2- Pon la atención en el centro del cuerpo, en tu duodeno y el intestino delgado, siente que inspiras luz y exhalas oscuridad, desecha pensamientos con juicio de valor personal e incorpora con la respiración flexibilidad de ideas: repite “ Yo no soy los pensamientos que mi mente piensa, soy portador de una conciencia superior que discrimina, separa y elimina aquello que me separa de la felicidad”.

3- Siente que en cada respiración lenta, rítmica y profunda, llevas la sangre purificada a todas las partes de tu cuerpo recobrando la energía, la salud y te desprendes de pensamientos críticos, dolorosos y autosuficientes.

4- Agradece lo vivido como parte de tu experiencia para crecer. Lentamente abre los ojos y agenda todo lo vivido.

Cómo empezar la “observación meditativa diaria”