Todos tenemos Escorpio en nuestro interior. Representa como signo lo que hemos hecho con la sexualidad, la muerte y la economía compartida o las imágenes que podemos tener de ello en el subconsciente. Por el mundo material perdemos la capacidad de crear, la alegría de vivir, el sentido de unidad con la vida toda, te vamos ayudar a que encuentres el camino para recuperarla.
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Te vamos a mostrar cómo meditar para que tu mente entienda y puedas entrar en las profundidades de tu ser sexual, creativo, amoroso, que se regenera, que tu mente entienda que la sexualidad es sagrada ya que la energía no se desperdicia en placeres pasajeros y materiales, que te esclavizan, que con alegría, con atención plena, y humildad gozarás al máximo del tiempo presente.
¿Cómo meditar y entender porque la sexualidad es sagrada?
1- Prepara el cuerpo
El cuerpo está aún caliente y relajado luego del ejercicio físico que sería lo más indicado para empezar a meditar. Si no has hecho ejercicio, no importa, debes moverte un poco, debieras hacer estiramientos de las extremidades para aflojar tensiones y centrarte en el momento presente, por ejemplo: extremidades inferiores, de pie piernas separadas ancho de hombros, flexión de rodillas levemente alineando la columna contrayendo los abdominales sin tensionarse. Inhalo lento y profundo llevando la pelvis hacia atrás, retengo unos segundos, y exhalo volviendo al centro, chequeo no perder la postura y vuelvo a inhalar llevando la pelvis hacia adelante lo más que puedo, exhalo y vuelvo al centro. Los ejercicios siempre suaves y profundizando el movimiento. Repito 3 veces. Luego me siento voy a mantener la columna recta sin tensión y voy a inhalar llevando los brazos extendidos hacia el cielo con las manos agarradas, retengo y con la exhalación bajo los brazos y me aflojo. repito 3 veces. El movimiento hace que nuestra mente se enfoque en eso y no se disperse mientras preparo el cuerpo para meditar. Ahora debes sentarte en la calma colocar la palma de mano izquierda sobre la derecha con los pulgares conectados y concentrarte en la respiración nasal diafragmática.
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2- Prepara la Mente y relaja el cuerpo
Debes decidir el tiempo que querés meditar. Escoge un lugar tranquilo, desconéctate de todo. Cúbrete del frío, dado que la temperatura baja. Colócate en postura meditativa: espalda, cuello y cabeza alineados. Debes tener en claro tu intención y recordar el objetivo más elevado, tu razón para meditar. Una vez sentado, sintoniza con cada parte de tu cuerpo. Empeza por los dedos de los pies, relajando hasta llegar a la coronilla. Cuando estés relajado trata de no mover el cuerpo. Cualquier movimiento físico distraerá la mente.
3- Concentra la mente
La respiración lleva la concentración a niveles más profundos, inspirar es vida, y exhalar es calma, paz, silencio que permite la entrada de humildad, de confianza, de amor. Observa tu respiración en este caso la exhalación lenta. Sé paciente y concéntrate en el aire que ingresa profundamente como fuente de energía y amor pero sobre todo el que egresa de las narinas. En esa exhalación deja ir las obsesiones, los deseos lujuriosos, el apego a cosas y personas. Imaginate abrazando a un árbol, generoso, que da su sombra y frutos sin pedir nada a cambio. Siente que eres ese árbol.
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4- Expande tu conciencia y agradece
Lleva tus pensamientos hacia un objetivo elevado como la humildad, la generosidad, el dar sin esperar algo a cambio, no temas a lo desconocido, deja de lado el sentido de posesión sobre cosas y personas, Agradece este momento, no te levantes de golpe para seguir tu vida cotidiana, acabas de conectar con tu interior, con una fuerza diferente y profunda. Intenta llevar esa calma a tus actividades diarias.